Publicado el mayo 15, 2024

Sustituir el ibuprofeno por plantas medicinales es viable, pero solo si se aborda con rigor científico, no como una solución «natural» mágica.

  • La eficacia no reside en la planta cruda, sino en el extracto estandarizado que garantiza una dosis precisa y biodisponible del principio activo.
  • El riesgo de toxicidad hepática e interacciones con otros fármacos es real y debe ser gestionado con conocimiento farmacológico.

Recomendación: Prioriza siempre extractos con certificaciones de calidad (GMP, ecológico) y consulta a un profesional sanitario antes de combinarlos con tu medicación habitual.

Ante un dolor de cabeza, una molestia articular o un cólico menstrual, el gesto casi reflejo de recurrir al ibuprofeno está profundamente arraigado en nuestra sociedad. Es una solución rápida, accesible y eficaz para el dolor leve a moderado. No es de extrañar que, según datos sanitarios, el uso de fármacos antiinflamatorios siga una tendencia creciente. Sin embargo, un número cada vez mayor de personas busca alternativas, motivadas por el deseo de reducir la carga de químicos sintéticos en su organismo o por los efectos secundarios gastrointestinales asociados a un uso crónico de los AINEs (Antiinflamatorios No Esteroideos). Esta búsqueda a menudo conduce al vasto mundo de la fitoterapia.

El problema fundamental es que el universo de las «plantas medicinales» está lleno de mitos y desinformación. Las recomendaciones genéricas como «toma una infusión de manzanilla» o «la cúrcuma es buena para la inflamación» carecen del rigor necesario para ser consideradas una alternativa terapéutica seria. Confunden el uso tradicional de una planta con la aplicación farmacológica de sus componentes. La eficacia no es una cuestión de fe en «lo natural», sino de química, farmacocinética y posología. La verdadera fitoterapia científica opera con la misma lógica que la farmacología convencional: aislar, concentrar y dosificar principios activos específicos para obtener un efecto predecible y seguro.

Este artículo no es una simple lista de plantas. Es una inmersión en la farmacología vegetal. El objetivo es desmantelar el mito de que «natural es inocuo» y proporcionar las herramientas para diferenciar un remedio popular de un tratamiento fitoterapéutico con base científica. Analizaremos por qué un extracto titulado es superior a una infusión, cómo elegir la planta correcta según el mecanismo de acción deseado y, lo más importante, cuáles son las líneas rojas que nunca se deben cruzar en términos de seguridad, toxicidad e interacciones. Se trata de empoderar al paciente para que pueda tomar decisiones informadas y seguras, sustituyendo el ibuprofeno no por una creencia, sino por ciencia botánica aplicada.

Para navegar con claridad por este complejo pero fascinante campo, hemos estructurado esta guía en secciones clave. Cada una aborda una pregunta fundamental, desde los principios básicos de la eficacia hasta las aplicaciones específicas y las advertencias de seguridad cruciales.

¿Por qué un té de manzanilla no cura nada y un extracto titulado sí funciona?

La diferencia fundamental entre una infusión casera y un extracto vegetal estandarizado reside en un concepto clave de la farmacología: la dosis del principio activo. Cuando preparamos una infusión, la cantidad de compuestos bioactivos (como los flavonoides en la manzanilla o los gingeroles en el jengibre) que se liberan en el agua es mínima, variable e incontrolada. Depende de la temperatura del agua, el tiempo de infusión, la parte de la planta utilizada y su calidad. Es imposible garantizar una dosis terapéutica.

En cambio, un extracto estandarizado es el resultado de un proceso de laboratorio diseñado para concentrar y purificar los principios activos responsables del efecto medicinal. Se utilizan solventes específicos para extraer selectivamente estas moléculas, descartando gran parte del material vegetal inerte. El resultado es un producto con una concentración conocida y garantizada de estos compuestos. Por ejemplo, un extracto estandarizado 50:1 es 50 veces más potente que la planta en polvo, lo que significa que un gramo de extracto contiene los principios activos de 50 gramos de la planta original. Es esta concentración la que permite alcanzar niveles terapéuticos en el organismo.

Un extracto estandarizado contiene concentraciones determinadas de los principios activos de la planta, dosis tras dosis. De esta manera siempre obtendremos un efecto predecible.

– Expertos en fitoterapia, Extracto estandarizado en Fitoterapia

Otro factor crucial es la biodisponibilidad: la capacidad del principio activo para ser absorbido por el cuerpo y llegar al torrente sanguíneo. Muchos compuestos vegetales, como la curcumina de la cúrcuma, son liposolubles y apenas se absorben en el medio acuoso del sistema digestivo. Los estudios demuestran que al consumir cúrcuma en té o polvo, menos del 1% de la curcumina se absorbe. Sin embargo, los extractos modernos la formulan con cofactores como la piperina (de la pimienta negra) o fosfolípidos, que multiplican su absorción y la hacen farmacológicamente activa.

En resumen, mientras que una infusión puede ofrecer un efecto placebo o un leve confort, solo un extracto titulado y formulado para una alta biodisponibilidad puede considerarse una alternativa farmacológica real, ya que garantiza una dosis precisa y efectiva del compuesto activo.

Valeriana o Pasiflora: ¿cuál elegir según si te cuesta dormir o si te despiertas a media noche?

Aunque el dolor no es su indicación principal, un mal descanso lo exacerba. La valeriana (Valeriana officinalis) y la pasiflora (Passiflora incarnata) son dos de los ansiolíticos y sedantes vegetales más estudiados, pero sus mecanismos de acción y perfiles farmacológicos las hacen adecuadas para diferentes tipos de insomnio. Elegir la correcta depende de si el problema es la conciliación del sueño (dificultad para dormirse) o el mantenimiento del sueño (despertares nocturnos).

Comparación visual entre raíces de valeriana y flores de pasiflora para el tratamiento del insomnio

La valeriana es la elección preferida para la dificultad en la conciliación. Sus principios activos, principalmente los valepotriatos y el ácido valerénico, actúan sobre los receptores GABA-A del sistema nervioso central. Este es el mismo sistema sobre el que actúan las benzodiacepinas, pero de una forma mucho más suave. La valeriana aumenta la disponibilidad del neurotransmisor GABA, que tiene un efecto inhibidor, ralentizando la actividad neuronal y facilitando la transición a la fase de sueño. Su efecto es relativamente rápido, notándose entre 30 y 60 minutos tras su ingesta.

La pasiflora, por otro lado, es más efectiva para el mantenimiento del sueño y para reducir la ansiedad que provoca despertares. Sus flavonoides, como la vitexina, tienen un efecto ansiolítico y neuromodulador más general. En lugar de una sedación directa, la pasiflora ayuda a calmar la «mente acelerada», reduciendo la rumiación y la tensión nerviosa que fragmentan el sueño. Su efecto es más gradual y sostenido durante la noche, lo que ayuda a evitar los despertares a media noche y mejora la calidad general del descanso. Además, presenta un menor riesgo de somnolencia residual por la mañana en comparación con la valeriana.

La siguiente tabla resume las diferencias clave para facilitar una elección informada:

Comparación de mecanismos de acción: Valeriana vs Pasiflora
Característica Valeriana Pasiflora
Mecanismo principal Actúa sobre receptores GABA-A Efecto ansiolítico y neuromodulador
Mejor para Conciliación del sueño Mantenimiento del sueño
Tiempo de acción 30-60 minutos Gradual durante la noche
Efecto resaca Posible somnolencia matutina Menor efecto resaca

Por lo tanto, la selección no debe ser aleatoria. Para quien da vueltas en la cama sin poder dormirse, un extracto estandarizado de raíz de valeriana es la opción lógica. Para quien se despierta a las 3 de la madrugada con ansiedad, un extracto de pasiflora será probablemente más beneficioso.

El mito de «es natural, no hace daño»: ¿qué plantas pueden dañar tu hígado si abusas?

Uno de los errores más peligrosos en el uso de la fitoterapia es asumir que la etiqueta «natural» es sinónimo de «inocuo». El cuerpo humano no distingue entre una molécula sintetizada en un laboratorio y una producida por una planta; lo que procesa es la estructura química. Muchas plantas medicinales contienen compuestos muy potentes que, en dosis inadecuadas o en uso prolongado, pueden ejercer una presión significativa sobre el hígado, el principal órgano de detoxificación del cuerpo.

El hígado procesa casi todo lo que ingerimos a través de un sistema de enzimas llamado citocromo P450. Los principios activos de las plantas son metabolizados por estas mismas vías. Un uso excesivo o crónico puede saturar estas enzimas, llevando a una acumulación de metabolitos que pueden ser tóxicos para las células hepáticas (hepatotoxicidad). Plantas como la consuelda (Symphytum officinale), que contiene alcaloides pirrolizidínicos, o incluso el kava (Piper methysticum), han sido directamente relacionadas con daño hepático severo.

Incluso plantas consideradas seguras como el harpagofito pueden no ser inofensivas para todo el mundo. Aunque su toxicidad hepática es baja, el 8% de las personas que toman harpagofito en dosis inadecuadas pueden experimentar problemas digestivos como diarrea o malestar, lo que indica un impacto en el sistema gastrointestinal. Es fundamental respetar la posología recomendada y no excederla pensando que «más es mejor». La seguridad en fitoterapia, al igual que en farmacología, depende del índice terapéutico: la ventana entre la dosis efectiva y la dosis tóxica. Para proteger la salud hepática y general, es crucial seguir un protocolo de uso seguro.

Plan de acción para una fitoterapia segura

  1. Aplicar la regla del ciclado: Tomar descansos periódicos (ej. 3 semanas de tratamiento, 1 de descanso) para permitir que el hígado se recupere y evitar la sobresaturación enzimática.
  2. Buscar sellos de calidad: Priorizar productos con certificación GMP (Good Manufacturing Practices) que garantizan la pureza del extracto y la ausencia de contaminantes como metales pesados o aflatoxinas.
  3. No exceder nunca la dosis: Seguir estrictamente la posología indicada en el envase del extracto estandarizado, que ha sido calculada para ser segura y eficaz.
  4. Consultar antes de combinar: Informar siempre a un médico o farmacéutico antes de mezclar plantas medicinales con medicamentos de prescripción para evitar interacciones.
  5. Limitar el uso prolongado: Evitar el uso continuado de cualquier planta medicinal durante más de 3-4 meses sin supervisión profesional para monitorizar posibles efectos a largo plazo.

La fitoterapia es una herramienta poderosa, pero exige el mismo respeto y precaución que cualquier otro medicamento. La idea de que no puede hacer daño es, simplemente, una falacia que pone en riesgo la salud.

Harpagofito o Cúrcuma: ¿qué principio activo funciona mejor para el dolor articular?

El harpagofito (Harpagophytum procumbens) y la cúrcuma (Curcuma longa) son los dos antiinflamatorios vegetales con mayor evidencia científica para el dolor articular, pero no son intercambiables. Su eficacia depende del tipo de dolor y del mecanismo biológico subyacente. La elección entre uno y otro es un excelente ejemplo de la precisión que requiere la fitoterapia moderna.

Raíces de harpagofito y cúrcuma mostrando sus principios activos para el dolor articular

El harpagofito, o «garra del diablo», debe su acción principalmente a un grupo de compuestos llamados iridoides, siendo el harpagósido el más importante. Su mecanismo de acción es muy similar al de los AINEs como el ibuprofeno: inhibe las enzimas COX-1 y COX-2, que son clave en la producción de prostaglandinas, las moléculas que causan inflamación y dolor. Por esta acción tan específica, el harpagofito es especialmente eficaz en el dolor de tipo mecánico-degenerativo, como el de la artrosis, donde el desgaste del cartílago es el problema principal. De hecho, un estudio clínico demostró una reducción del 22.9% en el índice WOMAC de gravedad de la artrosis en pacientes que tomaron un extracto estandarizado.

La cúrcuma, por su parte, actúa a través de sus curcuminoides. Su perfil es mucho más amplio y sistémico. En lugar de centrarse solo en la vía COX, la curcumina modula múltiples dianas inflamatorias. Es un potente regulador del factor de transcripción NF-kappaB, considerado el «interruptor maestro» de la inflamación, e inhibe otras vías como la LOX y la producción de citoquinas proinflamatorias. Esto la hace especialmente útil en dolores de tipo inflamatorio-autoinmune, como la artritis reumatoide, o en condiciones donde la inflamación crónica de bajo grado es un factor sistémico.

Los extractos de harpagofito han demostrado mayor eficacia en dolor osteoartrósico por desgaste mecánico, mientras que la cúrcuma tiene un perfil antiinflamatorio más amplio, atacando múltiples vías como COX, LOX y citoquinas.

– Sociedad Española de Fitoterapia, Jornada Fitoterapia Salud Osteomuscular

En conclusión, para un dolor de rodilla por artrosis (desgaste), un extracto de harpagofito estandarizado en harpagósido es la elección más específica y basada en la evidencia. Para un dolor articular generalizado en un contexto de inflamación sistémica, un extracto de cúrcuma de alta biodisponibilidad sería más apropiado.

Cultivo ecológico o convencional: ¿por qué los pesticidas en las hierbas medicinales son un contrasentido?

La calidad de la materia prima es el primer eslabón, y el más crítico, en la cadena de producción de un suplemento de fitoterapia. La elección entre una planta de cultivo ecológico y una de cultivo convencional no es una mera cuestión de marketing «verde», sino una decisión con profundas implicaciones para la seguridad y la eficacia del producto final.

Las plantas medicinales son bioacumuladores por naturaleza. Absorben y concentran sustancias del suelo, el agua y el aire. En un cultivo convencional, esto incluye no solo los nutrientes, sino también los pesticidas, herbicidas y metales pesados presentes en el entorno agrícola. El problema se magnifica durante el proceso de extracción. Como vimos, para obtener un extracto 50:1, se procesan 50 kg de planta para obtener 1 kg de extracto. Este proceso no distingue entre moléculas beneficiosas y tóxicas.

Estudio de caso: El efecto de concentración de tóxicos

El proceso de extracción para fabricar cápsulas concentra tanto los principios activos como los contaminantes. Si una planta cruda contiene una cantidad traza (y legal) de un pesticida, el extracto final puede contener una concentración 50 veces mayor de esa misma toxina, superando con creces los límites de seguridad y convirtiendo un remedio en un riesgo. Este es el gran contrasentido: buscar un beneficio para la salud ingiriendo una dosis concentrada de sustancias potencialmente nocivas.

Por esta razón, el cultivo ecológico certificado es un requisito indispensable para la fitoterapia de alta calidad. Garantiza que la planta ha crecido sin el uso de pesticidas sintéticos, herbicidas o fertilizantes químicos, minimizando la carga tóxica desde el origen. Además, la calidad de una planta medicinal va más allá de la ausencia de contaminantes. El concepto de «terroir», bien conocido en el mundo del vino, es igualmente aplicable aquí. Las condiciones del suelo, el clima, la altitud y el momento exacto de la recolección influyen drásticamente en la concentración de principios activos. Una planta estresada o cultivada en un suelo pobre no producirá la misma riqueza fitoquímica.

Por lo tanto, al seleccionar un suplemento, no basta con leer el nombre de la planta en la etiqueta. Es imperativo buscar sellos de agricultura ecológica y, idealmente, certificaciones de análisis de terceros que garanticen la ausencia de metales pesados y contaminantes microbiológicos. La pureza no es un lujo, es la base de la seguridad.

El error mortal de mezclar Hipérico con antidepresivos o anticoagulantes

Si el mito de «natural es inocuo» es peligroso, la ignorancia sobre las interacciones farmacológicas es potencialmente letal. Muchas plantas medicinales interactúan con el sistema de enzimas hepáticas citocromo P450, el mismo que metaboliza la gran mayoría de los medicamentos de prescripción. La planta puede inducir (acelerar) o inhibir (ralentizar) la acción de estas enzimas, alterando drásticamente la concentración en sangre de otros fármacos y pudiendo llevar a la ineficacia del tratamiento o a una sobredosis tóxica.

El caso más estudiado y peligroso es el del Hipérico (Hypericum perforatum), o Hierba de San Juan, utilizado para la depresión leve. El Hipérico es un potente inductor de la enzima CYP3A4. Al acelerar el metabolismo de otros fármacos, puede reducir su concentración en sangre por debajo del nivel terapéutico. Esto es crítico en medicamentos como los anticonceptivos orales (riesgo de embarazo no deseado), inmunosupresores como la ciclosporina (riesgo de rechazo de trasplante) o ciertos antirretrovirales. Por otro lado, al combinarlo con antidepresivos ISRS (como la fluoxetina o la sertralina), puede provocar un exceso de serotonina en el cerebro, derivando en un síndrome serotoninérgico, una condición grave que puede causar agitación, fiebre alta, taquicardia e incluso la muerte.

Pero el Hipérico no es el único. El Ginkgo Biloba, el ajo o el jengibre en altas dosis tienen efectos antiagregantes plaquetarios. Combinados con anticoagulantes como la warfarina (Sintrom) o la heparina, potencian su efecto y aumentan peligrosamente el riesgo de hemorragias. Esta tabla, basada en datos de publicaciones científicas, resume algunas de las interacciones más comunes y peligrosas.

La siguiente tabla, extraída de un análisis de la literatura científica, detalla interacciones clínicamente relevantes que todo consumidor debe conocer, como se puede corroborar en una revisión sobre interacciones entre plantas y medicamentos.

Interacciones peligrosas comunes entre plantas medicinales y medicamentos
Planta Medicinal Medicamento Riesgo
Hipérico Antidepresivos ISRS Síndrome serotoninérgico
Hipérico Anticonceptivos orales Reducción de eficacia
Ginkgo Biloba Anticoagulantes Riesgo de hemorragia
Regaliz Antihipertensivos Puede subir la presión arterial
Ginseng Antidiabéticos Riesgo de hipoglucemia

La conclusión es rotunda: nunca se debe iniciar un tratamiento con fitoterapia sin antes consultar con un médico o farmacéutico que pueda revisar el historial farmacológico completo del paciente. La automedicación, incluso con plantas, es una práctica de alto riesgo.

Ashwagandha o Rhodiola: ¿qué hierbas ayudan realmente a modular tu respuesta al estrés?

El dolor crónico y el estrés están íntimamente ligados. El estrés persistente aumenta la percepción del dolor y viceversa. Los adaptógenos son una clase única de plantas que ayudan al cuerpo a «adaptarse» al estrés, mejorando la resiliencia sin ser estimulantes ni sedantes. Dos de los más estudiados son la Ashwagandha (Withania somnifera) y la Rhodiola (Rhodiola rosea), y, al igual que otros fitofármacos, su uso debe ser específico.

El mecanismo de los adaptógenos se centra en la modulación del eje Hipotalámico-Pituitario-Adrenal (HPA), el sistema central de respuesta al estrés del cuerpo. En situaciones de estrés crónico, este eje se desregula, llevando a niveles de cortisol (la hormona del estrés) anormalmente altos o bajos.

Los adaptógenos no ‘estimulan’ ni ‘sedan’, sino que ‘normalizan’ la producción de cortisol, la principal hormona del estrés, actuando sobre el eje Hipotalámico-Pituitario-Adrenal.

– Especialistas en fitoterapia adaptogénica, Nutrición y Medicina Antiinflamatoria

La Ashwagandha es particularmente útil para el estrés que se manifiesta con ansiedad, agotamiento y «niebla mental». Sus principios activos, los withanólidos, tienen un efecto calmante y reconstituyente. Ayudan a reducir los niveles elevados de cortisol, promoviendo un estado de calma y mejorando la calidad del sueño. Es la opción ideal para la persona que se siente «quemada», agotada y nerviosa.

La Rhodiola, en cambio, es más adecuada para el estrés que cursa con fatiga física y mental y falta de motivación. Sus compuestos, las rosavinas y salidrosidas, tienen un efecto más energizante. Mejoran la producción de ATP (la molécula de energía celular) y la sensibilidad a neurotransmisores como la dopamina y la serotonina. Es la planta de elección para estudiantes en época de exámenes o para quien necesita un impulso de resistencia mental y física para afrontar un periodo de alta exigencia. Para mantener su efectividad, es crucial seguir un protocolo de uso:

  • Tomar adaptógenos durante 3 meses consecutivos como máximo.
  • Descansar 1 mes completo para mantener la sensibilidad de los receptores.
  • Alternar entre diferentes adaptógenos (Ashwagandha, Rhodiola, Ginseng) en cada ciclo.
  • Comenzar con dosis bajas e incrementar gradualmente según la respuesta.
  • Evaluar siempre la respuesta individual antes de continuar el tratamiento.

En resumen: para el estrés con «nervios de punta» y agotamiento, Ashwagandha. Para el estrés con «baterías bajas» y fatiga, Rhodiola. Usarlos de forma inteligente puede ser un pilar fundamental en el manejo integrado del dolor crónico.

Puntos clave a recordar

  • La dosis lo es todo: La eficacia terapéutica reside en los extractos estandarizados que garantizan una concentración precisa de principios activos, no en las infusiones caseras.
  • La especificidad es crucial: No todas las plantas sirven para todo. La elección (ej. Harpagofito vs. Cúrcuma) debe basarse en el mecanismo de acción y el tipo de dolencia.
  • La seguridad es lo primero: «Natural» no significa «inocuo». Es imperativo conocer y evitar las interacciones con otros fármacos y respetar los ciclos de uso para proteger la salud hepática.

¿Cómo usar aceites esenciales puros para cambiar tu estado de ánimo en 5 minutos?

Aunque no se ingieren y no sustituyen a un analgésico, los aceites esenciales puros ofrecen una vía complementaria y extremadamente rápida para modular el estado de ánimo y, por tanto, la percepción del dolor. Su mecanismo de acción es neuro-sensorial, no metabólico. La aromaterapia científica utiliza las moléculas volátiles de las plantas para interactuar directamente con el sistema límbico, el centro emocional del cerebro.

Cuando inhalamos un aceite esencial, sus moléculas aromáticas viajan por la cavidad nasal y estimulan el bulbo olfatorio. Lo extraordinario de esta vía es su inmediatez. A diferencia de un fármaco que debe ser digerido y absorbido, la señal olfativa tiene una conexión neuronal directa con la amígdala (centro del miedo y la emoción) y el hipocampo (centro de la memoria y el aprendizaje). Este atajo permite inducir cambios en el estado emocional en cuestión de minutos, sin pasar por el filtro del pensamiento racional.

Estudio de caso: El poder ansiolítico de la lavanda

Un estudio observacional con aceite esencial de lavanda (Lavandula angustifolia) demostró cambios significativos en los niveles de ansiedad de pacientes en entornos clínicos. La inhalación de linalool y acetato de linalilo, sus principales componentes, activa rutas neuronales que calman el sistema nervioso simpático (la respuesta de «lucha o huida»), promoviendo un estado de relajación casi instantáneo.

Aceites esenciales puros y difusor para aromaterapia terapéutica

Para un uso rápido y efectivo, la técnica más simple es la inhalación directa. Consiste en aplicar una sola gota de un aceite esencial puro (como lavanda para calmar, limón para energizar o menta para enfocar) en las palmas de las manos, frotarlas para calentar el aceite y ahuecarlas sobre la nariz y la boca. Realizar 3-5 inhalaciones profundas y lentas es suficiente para que las moléculas lleguen al sistema límbico. Es crucial utilizar aceites esenciales 100% puros y de grado terapéutico, ya que las fragancias sintéticas no tienen ningún efecto biológico y pueden ser irritantes. Este método ofrece un «botón de reinicio» emocional rápido, útil para gestionar picos de estrés o ansiedad que pueden intensificar el dolor.

Esta aplicación sensorial demuestra que la fitoterapia abarca más que la ingesta, al explorar cómo los compuestos vegetales pueden interactuar con nuestro sistema nervioso por otras vías.

Para una aproximación segura y efectiva a la fitoterapia, es esencial abandonar los mitos y adoptar una mentalidad científica. El siguiente paso lógico es aplicar este conocimiento de forma personalizada. Evalúe su situación específica y consulte a un profesional para diseñar un plan de tratamiento que sea a la vez natural y rigurosamente eficaz.

Preguntas frecuentes sobre la fitoterapia científica

¿Por qué es importante el cultivo ecológico en plantas medicinales?

Las plantas medicinales concentran tanto principios activos como contaminantes del entorno. En un cultivo ecológico se garantiza por normativa la ausencia de pesticidas y herbicidas sintéticos que, de otro modo, podrían acumularse y magnificarse en el extracto final, representando un riesgo para la salud.

¿Cómo afecta el terroir a la potencia medicinal?

De forma similar al concepto de «terroir» en el vino, las condiciones del cultivo —el tipo de suelo, el clima, la altitud y la época de recolección— influyen drásticamente en la concentración de principios activos de una planta. Dos plantas de la misma especie cultivadas en lugares diferentes pueden tener perfiles fitoquímicos y, por tanto, potencias medicinales muy distintas.

¿Qué certificaciones debo buscar?

Para asegurar la calidad y seguridad, busca sellos de agricultura ecológica (que garantizan la ausencia de pesticidas), certificaciones GMP (Good Manufacturing Practices, que aseguran la calidad del proceso de fabricación) y, si es posible, análisis de laboratorios terceros que certifiquen la ausencia de metales pesados y contaminantes microbiológicos.

Escrito por Dr. Javier Ortega, Médico de Medicina Integrativa y Funcional con 18 años de experiencia clínica. Especialista en cronobiología, medicina del sueño y terapias naturales complementarias con base científica.